El Poeta
a Gonzalo Rojas, poeta chileno...

Te besaré en la punta de las pestañas y en los pezones,

G. R.

Me adormezco entre tus muslos; la madrugada
Es una mariposa que gira alrededor de la luz
De tu cuerpo; seda tu piel, no renuncio
A escanciar sobre tu vientre el vino de la joven vid.
La carnalidad es una ciencia inexacta,
Como toda buena ciencia que se precie... Falsable
Como la carne y el pudor, y la marea de besos
Que no son ni de poniente ni de levante.
Lamiera, lúdico, las colinas que te nombran,
Me bebiera tu sexo inagotable al compás
De los percusionistas africanos. Te deseo,
Y mi sed de ti es oscura, felizmente oscura.
Anoto en un cuaderno la raíz cuadrada
De nuestros cuerpos juntos y resulta ser
Uno más uno, ambos, entre el amor y la guerra.
Hemos vencido aun en nuestra pequeña muerte,
Arrobados por el canto del ave solitaria.
Olfato y oído sensitivo para seguir ganando
Las batallas nocherniegas en que somos
Dos labios que se buscan con el hambre
De los guerreros heridos, mi lasciva muchacha
En derredor siempre de las altas horas: rosa
Siempre abierta.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 29 de abril de 2011
A David Salvia, amigo...

Es esto, sin más, David, un poema;
Un canto a quién sabe qué cosas,
Qué vida,
Qué muerte,
Qué aroma.
Un canto al cuerpo de Carmela,
De Rosita, de Esperanza, de Manuela...
La revolución ya va por dentro
Y hacia fuera, despacito,
Como el canto manda.
No me pidas que haga poesía social
Si no es el gesto la entrega,
Si no son las manos las que se manchan.
Y vuele mi verso enamorado,
Que la sola belleza es presente,
Futuro
Y pasado.
No es el 'tiempo'
De mi corazón la militancia política...
Ya ves, David, la poesía es un antídoto
Contra la muerte,
Aunque la muerte no perdone,
Aunque la muerte tenga rabia.
Hablemos de hombre a hombre
En esta noche ciertamente elemental,
Porque la palabra lo pide como quien pide agua.
Ya ves, David, así son mis poemas, pero agradezco
Tu visión, y tu amor a la palabra creativa y combativa;
Yo sólo combato en mis entrañas por serme en los otros
Más transparente, y jugar a vivir porque va en serio,
Tú ya sabes.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 21 de abril de 2011
Con la lluvia se mojan los cuerpos,
Se tornan visibles, asibles... Las arboledas
Cobijan a muchachos y a muchachas; llueve,
Luévense los días transitivos mientras regresan
Los pájaros del norte y otras aves fugitivas.
En cierta verdad de los arpegios se esconde
Tu sonrisa, y créeme que a veces comprendo
Que te cansen las metáforas y el verso.
Por eso es que busco hablar y escribir
Con la máxima sencillez posible; ardua tarea
Escribir, quiero decir que me alivia y que me duele.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 22 de abril de 2011
En mi memoria existe un verso aún no nombrado.
Presiento que es un verso de amor, uno de esos versos
Que se contraen con el tiempo para expandirse después;
Se multiplica, se arracima, se constela, se aparece
En los sueños y después en el olvido calla.
A veces lo sospecho, pero escapa a mi mirada, a mi tacto;
Se refugia detrás de una cortina, se va tras una nube,
Y retorna siempre como las aves en la primavera nupcial.
Pero regresa silencioso, a hurtadillas, como disfrazándose
También; ha hecho un pacto con la muerte, pero será la vida
Quien lo traiga definitivamente a la luz... Verso de amor,
Sé, sal al día, presentifícate en el nombre de la dicha.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 19 de abril de 2011
Para morir
de haber vivido
y basta.

José Ángel VALENTE



Fue necesario
Ser un náufrago
Para llegar a tierra
Firme,
Haber tragado
Palabra tras palabra
Hasta los huesos,
Ser en la oscuridad
La oscuridad misma,
Y morir
Despacio
Hasta vivirme.
Fue necesario
Llorar
Y desvestirme,
Y saludarme,
Y recibirme,
Haber sido
Ajeno a mí
Hasta encontrarme,
Para seguir viviendo
De vivir y basta.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 17 de abril de 2011
Sabes, pensaba ahora mismo en la fugacidad
Del tiempo... Nada nuevo, ya ves.
Pero de qué podría hablar a veces sino
Del paso del tiempo, del amor y de la muerte.
Ahora comprendo que te amo y mi amor
Es como un haiku, tan simple y sencillo.
Qué dulce este conversar nuestro, aquí,
Sentados en el parque al igual otras gentes
Que pasean, y los niños que hacen volar sus cometas.
Sabes, en este río nuestro de palabras fluyen
Besos y abrazos, no podía ser de otra manera
Esta tarde clara de abril junto al pequeño lago.
Somos porque somos y de vivir morimos y nacemos;
Vayamos hasta el puesto de helados y comámonos uno.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 17 de abril de 2011
Las muchachas con sombrilla para protegerse del sol
Dibujan en las plazas y en las calles un campo
Como de girasoles amarillos. El tiempo pasa
Con cadencia decente y un viento transgresor
Mora en los árboles. A veces llueve en los días
De abril, y entonces las muchachas sacan
Sus paraguas y dibujan en las plazas y en las calles
Un caleidoscopio multicolor con cierto olor
A colonia y a algodón recién lavado.
Ayer fue como hoy, pero mañana será distinto
Y las muchachas alegrarán los viejos tranvías.
Mañana será distinto, y yo me alegraré de ser
Y estar en estas calles y estas plazas.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 16 de abril de 2011
Un clown azul dibuja la noche.
Una muerte se dibuja a sí misma.
En el límpido cielo de abril
El viento reune a cientos de mariposas.
Se sumerge en el mar la ciudad
Anhelante de quién sabe qué sueños.
La voz de una verdad salta a la luz
Y nos sorprenden las palabras.
Lo triste y lo alegre son igualmente
Una despedida. Siempre de despedida:
Lo opuesto, lo igual, la cárcel, el libre aire...

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 15 de abril de 2011

PÁGINA NUEVE

En la biblioteca un libro; la calidez de la tarde,
Tarde que se diluye en los acordes de un cello
Y aún entra la luz por la ventana, y aún puede verse
El verso inicial de un libro abierto por la página nueve.
En sólo un instante todo es igual a sí mismo, en sólo un instante
Que palpita -párpado del amor-, que crepita en el aire
Como una estrella inaugural de la noche que comienza
A labrar la tierra de palabras, y sorprende
Las manos encendidas, los ojos bien abiertos,
Los dedos que subrayan un mínimo delirio; se cierra
El libro entonces, punto y final en el poema.


Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 12 de abril de 2011
Nómbrame esta madrugada para que exista nuevamente,
Y pueda yo nombrarte con las yemas incluso de los dedos.
Como las cuerdas de mi guitarra, así tu cuerpo
De arcilla iluminada; no hay oscuridad en tus ojos
Y puedo verte porque me hablas, y porque me hablas
Existo, y la madrugada canta, cantan los seres del exilio.
Nómbrame hasta el alba; yo te nombro... ¿Necesidad
O azar? Digo cuanto escucho, y esta madrugada
He escuchado tu voz en un acorde, y tu voz
Era una mariposa, y tu voz arrullaba el aire.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, abril de 2011
El mundo al que, lejano, llamábamos bello,...

Gabriel CELAYA


Enmarcado tu rostro pierde su natural sonrisa,
En esta noche de luna que muerde los zapatos.
Luego, en la marejada de luz del día, salgo
A la calle, compro la prensa y te pienso.
Junto al café, las noticias me parecen un disparate,
Tan disparate como que tú estés tan lejos.
Aquello que llamábamos bello está de atardecida:
La prójima, el prójimo, lo matemático, lo poético...
La poesía de hoy sería volver a caminar juntos,
Enredarnos con las palabras y la música,
Salir al aire, vivir y vivirnos con los otros
Sin esa melancolía de tu rostro enmarcado
Que pierde su natural sonrisa.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, abril de 2011